Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos. Creamos un gran equipo con una base familiar que se potencia todos los días con cada idea, cada propuesta y cada proceso para llegar a una meta. El “buque” que nos lleva siempre a tierra firme es la entrega y dedicación hacia nuestros clientes, el ver que cada uno de nuestros huéspedes esté disfrutando de unas lindas vacaciones en nuestra Posada.
Historia.
La Posada El Capricho se inicia dando honor al nombre.
Sus fundadores César y Ana María, amantes de la vida simple y el descanso entre los cerros adquirieron la propiedad sin haberla visto nunca antes. La historia más sorprendente es que encontrarían en ese lugar su hogar y su modo de vida junto a sus cuatro hijos por los siguientes 30 años.
A principios de los noventa, Don César Álvez, marino y técnico de grandes embarcaciones que surcaban aguas de América del Norte, Europa y llegaban a grandes ciudades cosmopolitas decidió encallar en aquí donde luego pasó a ser su refugio natural.
Ana María, un ejemplo de trabajo y superación, fue la gestora principal con una visión y fortaleza para los comienzos de El Capricho. Se instaló en ese lugar en 1989 junto a sus hijos de 9, 6 y el menor de 4 años.
En 1996 luego de inaugurada la Quebrada de los Cuervos la profesora de geografía de uno de sus hijos, Gladys Pereyra, decidió organizar una excursión con todo el grupo para visitar el lugar, al terminar el paseo invitaron al grupo de compañeros a almorzar a lo que era en ese momento una sencilla casa de campo.
Esta adorable profesora -que además era guía turística- encantada con el lugar y el paisaje, le propuso a Ana María acondicionar un espacio de la casa para llevar allí excursiones con visitantes, pensando también en incluir en la tarea a los hijos de ambas.
No fue una tarea fácil por motivos económicos y comenzó todo con mucha colaboración, pintando, decorando, armando mesas y bancos. Con apoyo de la familia y vecinos se consiguieron utensilios de cocina y así fue que el 20 de diciembre de 1996 se realizó el primer servicio.
Luego de eso se fueron renovando y modificando las instalaciones de la posada: años después se construyó una cocina industrial donde hoy en día se elaboran productos de panadería y una planta de procesamiento de alimentos artesanales.
Con el paso del tiempo comenzaron a abrirse nuevos horizontes y a construir un lugar al que todos pudieran disfrutar y conocer su paraíso entre cerros y cañadas.
Los invitamos a conocer este hermoso destino donde la tranquilidad prioriza los pequeños detalles de la vida.
Deseamos profundamente que su estadía sea tan hermosa como la viven sus propietarios.
1994
1996
2008